miércoles, 28 de enero de 2015

Verosimilitud, mentiras y estadísticas

Imagen: ckmck


"Hay verdades, mentiras y estadísticas"
    Winston Churchill

Pienso que será interesante analizar algunos términos y la manera en que pueden estar relacionados entre si, tanto en la literatura como en lo cotidiano. Empecemos por la verosimilitud.
Podemos escribir un texto de terror, de ciencia ficción, un relato fantástico con dragones y brujos, por supuesto que sin creer que existan dragones, fantasmas, marcianos y tantas otras criaturas extrañas. En literatura, la verosimilitud es la condición de creíble, de aceptable, que tienen las circunstancias,  los elementos y personajes de un relato dentro de su contexto y de su género.  Si es el género terror no será extraño encontrarnos con vampiros, pero no aceptaremos que caminen a la luz del sol. Aceptaremos que en un contexto fantástico haya dragones y brujos, pero no computadoras.
Esta condición no abarca solo personajes, sino también diversas circunstancias. En la novela "La peste", de Albert Camus, se describe la muerte de tanta gente en determinado momento, que si lo tomáramos tal como es descripto,ya no quedaría nadie para contar la historia, ni un alma. La descripción aporta un efecto dramático creíble y que por tanto no cuestionamos al leerlo.
En la vida real, la verosimilitud también como "condición de creíble,sea o no cierto", es un factor importante en medios de comunicación, discursos políticos y testimonios en juicios.

El siguiente texto es la introducción de "Lo verosímil" de T. Todorov:
Un día, en el siglo V A.C, en Sicila, dos individuos discuten y se
 produce un accidente.
Al día siguiente aparecen ante las autoridades, que deben decidir 
cuáal de los dos esculpable. Pero, ¿cómo elegir? La disputa no
 se ha producido ante los ojos de los jueces, quienes no han 
podido obserbar y constatar la verdad; los sentidos son
 impotentes; sólo queda un medio: escuchar los relatos de
 los querellantes. Con este hecho, la posición de estos
 últimos se ve modificada: ya no se trata de establecer una
 verdad ( lo cual es imposible) sino de aproximársele, de dar
 la impresión de ella, y esta impresión  será tanto má fuerte
 cuanto más hábil sea el relato. Para ganar el proceso importa 
 menos haber obrado bien que hablar bien.
 Platón escribirá amargamente: En los tribunales, en efecto, la gente
 no se inquieta lo más mínimo por decir la verdad, sino
 por persuadir, y la persuasión depende de la verosimilitud".





Puede que hayamos visto esa escena en varias películas: dos  abogados van a argumentar, un jurado va a decidir qué relato es el que creen. En cierta forma, estarán realizando un concurso donde premien el mejor relato, más allá de que sea o no verdadero, sea o no justo. El problema es que la vida humana es tan sorprendente que a veces ocurren hechos que son verdaderos pero no verosímiles.Como solemos decir, "la realidad supera la ficción". 


Mentiras, estadísticas, y otros yuyos


Lo curioso de las estadísticas, es que si yo no tengo autos y mi vecino tiene dos autos, entonces hay un auto por persona, ¿no es un mundo feliz? Invito a cualquiera a que escriba en google "manipulación de estadísticas".  Aclaro que no quiero decir que no sean útiles, solo que siempre deban tomarse con el mismo pensamiento crítico y atento con que se toman otros datos de lo que llamamos "realidad".
Estamos acostumbrados a hablar y escuchar sobre relatos de ficción, pero no es menos interesante el "relato oficial", o sea, la versión sobre la realidad aportada y sostenida por un gobierno o una institución. El relato oficial requiere de eufemismos, sinónimos, verosimilitud, carisma. Ya decía hace mucho tiempo Henry Wotton, poeta y diplomático inglés: "un diplomático es un hombre honesto enviado al exterior para mentir por su país."
Definición de eufemismo: palabra o expresión políticamente aceptable o menos ofensiva que sustituye a otra que puede ofender. "Daño colateral" suena mejor que "víctima civil", aunque la calamidad sea la misma, o "guerra preventiva" mejor que "invasión". También es común escuchar "mano de obra barata", o "villa de paso", en vez de villa miseria, chabola o favela.

Me gustan las frases de Mark Twain, por ejenplo ésta que escribió con ingenio e ironía:
"Mi queja se refiere sólo a la decadencia del arte de mentir. Ningún hombre de principios, ninguna persona en sus cabales, puede ser testigo de la forma de mentir torpe y descuidada de la época presente sin dolerse asi de ver tan noble arte así prostituído". Eso lo escribió en el siglo XIX.

Con los sinónimos ocurre algo similar. Solemos pensar que son palabras diferentes usadas para decir lo mismo. Pues no, por algo se utiliza un sinónimo y no otro, por su intensidad y su connotación. "Hechicera" podría tener una connotación positiva de encanto, como en una canción de Maná, mientras que "bruja" tiene connotación negativa. "Cenar" es más específico que "comer", pues indica un horario, y "nutrirse" sugiere que no será comida chatarra. "Devorar", "yantar" o "masticar" tendrán también otros usos donde sean más adecuados.
El tema es interesante y podría continuar, pero será mejor hacerlo en otro artículo, mientras meditan sobre éste. Tengan buen dia, y saquen siempre sus propias conclusiones.

   

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